Bueno os cuento.
Su nombre es Shiro. Tiene 2000 años y es un ángel caído.
Al principio Shiro era uno de los ángeles más puros e inocentes, uno de los originales. Era feliz y alegraba hasta al más desafortunado con sólo una sonrisa. Además se dedicaba a ayudar y pensaba siempre en los demás antes que en sí mismo.
Pero a mediados del siglo XIX conoció a una pérfida súcubo que lo enamoró. Él sabía que aquella mujer no era buena, aún así esperaba que en algún momento ella se diera cuenta que ser bueno te daba mayor felicidad que ser malvado.
Shiro estaba muy equivocado. La mujer súcubo amaba ser mala, adoraba su promiscuidad y más aún, ansiaba la muerte de aquellos que se atrevían a amarla. Shiro no fue el primero, y tampoco el último que sufrió por esta mujer.  Lo engatusó y consiguió llevarlo a la cama donde después de eso Shiro fue perdiendo su inocencia y pureza. Acabó cometiendo todos los pecados posibles, estaba enamorado de esa mujer y hacía todo lo que ella deseaba...
Shiro perdió sus alas cuando mató a un niño por celos. La mujer súcubo lo abandonó y después de perderlo todo y vivir un tiempo en soledad se dio cuenta de sus actos, se sintió desgraciado, se odió a si mismo y dejó de ser el alegre o malvado ángel Shiro.
Aún hoy se sigue odiando, a sí mismo y a su ingenuidad. Pero quiere cambiar, a pesar de todo los actos malvados y depravados que pudo llegar a cometer quiere enmendar sus errores, ya ha pagado con sus alas pero no es suficiente. Y a pesar de su desgracia y su mal humor, Shiro desea volver a ser un ángel. Para ello ayuda a toda persona que lo necesita. Sabe que nunca volverá a ser como antes, no podrá olvidar lo que ha hecho y por ello no podrá volver a ser feliz, pero tiene la esperanza de que ningún otro ser cometa sus errores.

[ lo siento profesor...]

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